¿Tu CRM solo almacena contactos? Tres formas prácticas de convertirlo en una herramienta comercial activa

Zubia People & Business

16/mayo/2025

7 min de lectura

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Una guía paso a paso sobre  cómo transformar tu CRM de un archivo pasivo a una herramienta comercial activa y estratégica.

 

Durante años, muchas empresas invirtieron en sistemas de CRM (Customer Relationship Management) con una promesa clara: centralizar la información de clientes y mejorar la gestión comercial. Pero la realidad es otra: el CRM se usa como un gran contenedor digital de contactos. Y punto.

 

Cuando eso sucede, la herramienta se transforma en un archivo pasivo. Un lugar donde los datos se acumulan, pero no se convierten en acciones. Donde las oportunidades se registran, pero no se desarrollan. Donde la toma de decisiones sigue dependiendo de intuiciones y no de información real.

 

Entonces, ¿cómo pasar de tener un CRM que “almacena” a uno que realmente impulsa resultados comerciales? La respuesta está en activarlo. Y no se trata de una metáfora: hay acciones concretas que pueden transformar esa base de datos en una herramienta viva.

 

¿Qué significa usar un CRM de forma activa?

 

Usar un CRM de forma activa implica que el sistema no solo registra información, sino que interviene en el día a día del equipo comercial. Que no es un contenedor de datos, sino un motor que automatiza, organiza y sugiere. Que actúa como una brújula, no como una caja negra.

 

El problema, sin embargo, es que muchas empresas creen estar usándolo “bien” solo por tener todos los contactos cargados o por revisar ocasionalmente el pipeline. Pero eso es apenas la punta del iceberg.

 

Algunos errores comunes:

  • Cargar leads, pero no asignar seguimientos.

  • Tener múltiples pipelines... pero nadie los personaliza según el proceso real de venta.

  • Revisar reportes solo para “mostrar avances” en reuniones de equipo, no para tomar decisiones de mejora.

  • Actualizar contactos cada tanto, pero no generar automatizaciones de contacto, tareas o alertas.

Activar el CRM no requiere un curso intensivo ni contratar a un consultor externo. Requiere intención comercial. Y estas tres acciones pueden marcar una diferencia real desde el primer día.

 

Zubia_ imagen complementaria –Tres acciones prácticas

 

Tres acciones prácticas para activar tu CRM desde el día uno

 

1. Automatiza seguimientos y tareas recurrentes

¿El lead descargó un recurso? Que automáticamente se cree una tarea para llamarlo.
¿Pasaron cinco días sin contacto desde la última reunión? Que se dispare una alerta.
¿Una oportunidad está “congelada” en el pipeline? Que el sistema lo detecte y lo marque como estancado.

Automatizar estos pasos libera tiempo, pero sobre todo disminuye la fricción comercial. Ya no es responsabilidad del ejecutivo recordar todo: el CRM se convierte en su memoria externa.

Según un estudio de HubSpot, el 55% de las empresas en Latinoamérica utilizan CRM para mejorar la experiencia del cliente mediante la personalización de interacciones y el seguimiento detallado de preferencias. Además, el 60% de las PYMEs en la región ya adoptaron soluciones CRM para optimizar sus procesos de ventas y servicio al cliente. 

 

2. Personaliza las etapas y visibilidad del pipeline

Cada negocio tiene su propio ciclo de venta. Por eso, usar las etapas genéricas que vienen por defecto en muchos CRMs puede ser un error. Si tu proceso incluye “cotización técnica” o “revisión legal”, esas etapas deben estar reflejadas. Si el cierre requiere una demo, también.

Pero no es solo cuestión de personalizar nombres: se trata de hacer que el pipeline cuente una historia real. Que el equipo vea con claridad dónde están las oportunidades calientes, cuáles están estancadas y cuál es el foco semanal.

Además, hoy muchos CRMs permiten filtros avanzados y dashboards personalizados. Así, cada persona (desde ventas hasta dirección) puede visualizar lo que necesita. “La información es poder, pero solo si está bien organizada”, repite un viejo mantra comercial. Y el CRM es donde se define ese orden.

 

3. Utiliza los reportes para tomar decisiones, no solo para mostrar resultados

Este punto es clave. Si el CRM solo se abre para preparar el informe mensual de ventas, entonces sigue siendo pasivo. Pero si los reportes se usan para analizar por qué no avanza una etapa, qué canal de generación de leads funciona mejor o cuántos días tarda un cierre promedio... entonces el CRM se vuelve estratégico.

Un ejemplo simple: un equipo comercial descubrió que sus oportunidades más rápidas de cerrar no venían de eventos presenciales ni de webinars, sino de referidos internos. Esa información —que surgió al comparar pipelines y fuentes— permitió redirigir parte del presupuesto a fortalecer ese canal. Resultado: más cierres, en menos tiempo.

 

¿Cómo saber si tu CRM realmente aporta valor comercial?

 

Una forma concreta de saberlo es medir el antes y el después. Algunas preguntas clave que ayudan a diagnosticarlo:

 

  • ¿Los vendedores abren el CRM todos los días o solo antes de reuniones?

  • ¿Se generan acciones nuevas desde el CRM o solo se registran?

  • ¿Las decisiones de campaña o ventas se toman con base en los reportes del sistema?

  • ¿Se automatizan tareas o todo depende del trabajo manual del equipo?

Si la mayoría de las respuestas es negativa, el CRM todavía está en modo “libreta digital”.

 

Check-list rápida de activación mínima (para equipos B2B)

 

✔ Personalizaste el pipeline de acuerdo con el proceso real de venta 

✔ Automatizaste tareas básicas, como seguimientos y alertas de inactividad 

✔ Tienes al menos un dashboard que se actualiza de manera automática 

✔ Utilizas etiquetas o filtros para segmentar oportunidades según valor, urgencia o fuente 

✔ Mides indicadores semanales y los analizas en equipo

 ✔ El equipo de ventas utiliza el CRM diariamente como parte natural del trabajo

 

Más allá de las funcionalidades, activar un CRM también implica un cambio cultural. El equipo tiene que entender que no se trata de “cargar cosas” sino de alimentar un sistema que trabaja para ellos. Que cuanto más vivo esté ese sistema, más fácil será vender, priorizar, y crecer.

 

Transformar el CRM en una herramienta comercial activa no requiere más tecnología. Requiere mejor uso. Porque en un mundo donde el tiempo es oro y la atención es limitada, tener un asistente silencioso que ordene y actúe en segundo plano puede ser la diferencia entre cumplir objetivos... o quedarse a mitad de camino.

 

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Tags: CRM

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