Muchas de las ideas que se vienen discutiendo en 2025 se confirmarán en 2026, pero no con el mismo enfoque. Ahora dejan de ser promesas para volverse prácticas sostenidas, con un nivel de integración mucho más serio. La diferencia ya no está en anticiparse a una tendencia, sino en cómo se la ejecuta, con qué madurez y con qué impacto real.
Lo que vemos desde Zubia es que la conversación cambió de tono. Las organizaciones dejaron de preguntarse qué herramientas sumar. Hoy se están preguntando cómo rediseñar procesos completos para responder a nuevas exigencias: regulaciones más estrictas, clientes más atentos y métricas más vinculadas al valor que a la visibilidad.
Más que una lista de “lo que se viene”, lo que compartimos acá son siete movimientos que ya están en marcha. Y que no marcan el futuro, sino el presente inmediato del mundo B2B.
Con la eliminación casi total de las cookies de terceros —Google Chrome ya comenzó a bloquearlas para millones de usuarios y planea eliminarlas por completo en 2025— y la entrada en vigencia de nuevas normativas de privacidad, las empresas necesitan apoyarse en su propia información. No se trata solo de recolectar datos, sino de organizarlos, protegerlos y activarlos con sentido.
El 85% de las organizaciones están invirtiendo en tecnologías de gestión de datos propios, como las plataformas de datos de clientes (CDP), para construir perfiles unificados y activar insights de manera responsable, de acuerdo con el informe State of Customer Data 2023 de Twilio Segment. Además, el 94% de los líderes de marketing afirman que los datos propios son fundamentales para ofrecer experiencias personalizadas, según una encuesta de Gartner.
Los equipos comerciales, de marketing y atención deben construir una mirada unificada del cliente a partir de datos propios. Las herramientas existen, pero lo que marca la diferencia es el criterio con el que se usan y la capacidad de generar confianza a partir de la transparencia.
Durante años, la IA fue una promesa. En 2026, empieza a ser rutina. No solo sugiere contenidos o automatiza tareas: también personaliza propuestas en tiempo real y define acciones basadas en patrones de comportamiento.
Esto cambia el lugar que ocupan los equipos. Lo operativo se automatiza. Lo estratégico, lo creativo y lo emocional —todo aquello que la IA todavía no puede replicar— cobra más peso. La pregunta ya no es si incorporar IA, sino cómo complementar su capacidad con el criterio humano.
Hasta hace poco, marketing, ventas y customer success trabajaban bajo objetivos propios. Eso empieza a quedar atrás. La integración operativa ya no se limita a compartir un CRM: se traduce en tableros unificados, métricas comunes y decisiones coordinadas.
Las empresas que avanzan en esta dirección logran una visión más completa del recorrido del cliente y una mayor coherencia en su experiencia. No se trata de fusionar equipos, sino de alinear esfuerzos hacia una misma meta: generar y sostener ingresos con eficiencia.
Lo que en 2025 era novedad —realidad aumentada, recorridos virtuales, contenidos interactivos— en 2026 ya forma parte del estándar. No todas las empresas usarán estas tecnologías, pero sí deberán ofrecer experiencias más dinámicas, participativas y adaptadas a distintos formatos.
Esto aplica tanto a procesos comerciales como a capacitaciones internas. La forma de presentar una solución, formar a un equipo o acompañar a un cliente está cambiando. Quien no rediseñe sus contenidos corre el riesgo de parecer desactualizado.
Cada vez más compradores corporativos incorporan variables éticas y de sostenibilidad en sus decisiones. En algunos sectores, no contar con políticas claras sobre el tema directamente impide avanzar en una licitación.
No alcanza con declarar buenas intenciones. Las empresas deben mostrar cómo cuidan su cadena de valor, cómo gestionan sus impactos y qué rol juegan en la comunidad. Y deben hacerlo con hechos, no con slogans.
Con el auge de los motores de respuesta basados en inteligencia artificial, como los asistentes conversacionales, cambia la lógica de búsqueda. Ya no se trata solo de aparecer en Google: ahora hay que pensar cómo responder bien en sistemas que devuelven una sola respuesta.
Esto exige repensar la estructura del contenido, su claridad y su propósito. El punto clave ya no está en la cantidad de visitas, sino en ser relevantes en el momento exacto en que un usuario necesita una respuesta.
El comprador B2B no quiere elegir entre una feria presencial o un e-commerce. Espera que todo esté conectado. Que una charla por WhatsApp tenga continuidad en una demo virtual. Que el chatbot esté al tanto de su historial. Que la propuesta llegue sin fricciones.
La integración omnicanal deja de ser una promesa. Hoy, es una condición para no romper la experiencia. Las empresas que logren esa fluidez tendrán una ventaja competitiva clara: no obligan al cliente a adaptarse a su forma de vender.
Las tendencias que marcan 2026 no son, en el fondo, solo tecnológicas. Hablan de otra actitud. De organizaciones que ya no experimentan: implementan. Que ya no improvisan: integran. Que ya no comunican: demuestran.
En Zubia acompañamos a empresas que quieren mirar estas transformaciones de frente, sin adornos ni fórmulas mágicas. Si tu equipo está pensando cómo adaptarse a esta nueva etapa estamos para ayudarte a pensarlo juntos.